Seguro que a lo largo de tu vida has pasado por momentos complicados que afectaban a tu familia de una u otra manera:
- Separaciones.
- Divorcios.
- Custodias.
- Herencias.
- Negocios familiares.
Casi seguro también que al principio de estos conflictos la comunicación de las personas afectadas empezó a ser mala.
Después con el paso del tiempo, te das cuenta que se podían haber hecho las cosas de otra manera para hacer la situación más fácil.
Pero ya es tarde…
Por ello la necesidad de la mediación y la prevención de conflictos familiares.
La mediación familiar es un proceso voluntario y confidencial para facilitar la comunicación entre las personas, su objetivo es resolver de forma voluntaria conflictos con la intervención de una persona mediadora que ayuda a alcanzar acuerdos.
Si tu conflicto familiar está en una fase muy inicial es una herramienta muy efectiva.
El éxito de la mediación viene determinado por cada una de las personas que intervienen, su responsabilidad e implicación en el proceso.
Tiene un especial protagonismo la persona mediadora, ya que su conexión con las personas y conocimientos en el área del derecho, psicología y comunicación serán las claves del éxito de la mediación.
Como abogada y mediadora, siempre he observado que cuando existe un conflicto familiar y entra en el sistema judicial, el conflicto aumenta, por eso cuando descubrí la mediación en 1999 pensé enseguida que era una buena herramienta para dar solución a muchas personas en sus conflictos de familia.
Sé por experiencia propia que el coste emocional del conflicto de familia no tiene comparación con otros conflictos, si te ves involucrado y no se soluciona rápido muchos aspectos de tu vida se ven afectados: las relaciones de trabajo, rendimiento académico, relaciones sociales, salud física y emocional de adultos y sobre todo de los niños.
Si quieres saber más sobre la mediación y sobre mi trayectoria vital y profesional, como abogada, mediadora y asesora de familia, puedes leer esta entrevista que me hicieron en ProntoPro.